El dolor es inevitable, y la vida un cúmulo de incertidumbre. Pero incluso en medio de la tormenta, el agua da vida.
Según Wikipedia, la resiliencia, es la capacidad de afrontar la adversidad. Y aunque si lo leemos literalmente pareciera obvio, la realidad es que la mayoría no hemos recibido una plena educación y formación emocional.
Sabes siguientes no es soportar mejor el estrés o tener que aguantar más situaciones límite, sino que más bien un mecanismo de defensa para poder superar obstáculos generando soluciones, tomando decisiones asertivas que creen un panorama más benéfico.
Si bien la vida nos dará momentos difíciles, tenemos que aprender a transformarlos desde nuestra percepción en oportunidades.
La resiliencia no sólo se trata de afrontar adversidades sino de crear nuevos caminos para superar obstáculos.
Vaya, que tampoco se trata de ser víctimas toda la vida.
Tener una buena salud psicológica y emocional no se crea de la nada, sino que se procura, se construye.
Y si bien a veces se podrá ir a solas por la vida superando obstáculos también habrá el momento de reconocer que habrá que pedir ayuda. Y esto es parte del ser resiliente. Entonces, que no te de miedo ni pena acudir con un profesional de la salud mental para recibir terapia o tratamiento, o ambas.
Para ser resiliente no se necesita ser superhéroe sino conocerse a uno mismo, afrontar la adversidad con realismo para poder determinar soluciones, y luego aprender a vivir en el presente, tolerando la incertidumbre. Y al hacer lo anterior dejaremos de intentar controlar todo a nuestro alrededor y simplemente “ser y estar”.